Sidarta Gautama, más conocido como Buda Gautama,
Sakiamuni, o simplemente el Buda, fue un sabio en cuyas enseñanzas se fundó el
budismo. Nació en la ya desaparecida república Sakia en las estribaciones del
Himalaya.
Fecha de nacimiento: 567
a. C., Lumbini, Nepal.
Lugar de muerte: Kushinagar, India.
Hijos: Raula.
Padres:
Maya, Śuddhodana
Primo/prima: Ananda, Nanda
¿Qué es un buda?
Buda es una palabra sánscrita que significa
"el que despertó". Éste es el término que se le asigna al fundador
del budismo. Él no era un dios ni era un profeta ni un mesías.
El Buda nació como un ser humano normal que, a
través de su esfuerzo, alcanzó un estado de perfecta sabiduría y completa
sensibilidad hacia todo lo que existe. Dicho en otras palabras, él despertó a
su propio potencial y a la naturaleza verdadera del mundo que le rodeaba.
A este estado tradicionalmente se le denomina
"Iluminación" y es la esencia de la enseñanza budista. Todas sus
doctrinas y prácticas están hechas para ayudar al ser humano, hombre o mujer, a
llegar a su propio potencial de Iluminación.
Desde los tiempos del Buda muchos otros hombres y
mujeres también han alcanzado el estado de iluminación, sin embargo, el título
de "el Buda" se reserva generalmente para el pionero, Siddharta
Gautama, el hombre que descubrió el sendero a la iluminación y que indicó el
camino para que otros lo siguieran.
Niño Rico Insatisfecho
Siddhartha Gautama nació alrededor del año 560 AEC
(antes de la Era Común) en una familia aristócrata y próspera del clan shakya,
en lo que ahora es Nepal, al norte de la India. Algunas tradiciones indican que
su padre era el rey de los shakyas y, aunque quizás esto no sea cierto, desde
un punto de vista histórico parece ser verdad que en su niñez y juventud
Siddhartha tuviera una vida de opulencia. Probablemente era una existencia de
lujos sin muchos límites: manjares, ropa elegante y muchos sirvientes, lo cual,
en el contexto de la India de los Himalayas de ese entonces, era semejante a un
paraíso terrenal. A pesar de todo él no era feliz. Los placeres que lo rodeaban
solo servían para que contactara con la insatisfacción y para provocarle un
intenso deseo de encontrar algo que tuviera un sentido más profundo.
Paralelos actuales con la vida temprana de
Siddhartha
Esto puede resultarle familiar a muchas personas en
Occidente, donde las necesidades materiales son satisfechas de una manera
relativamente fácil y donde las oportunidades para el ocio y la diversión
serían la envidia de generaciones anteriores. No obstante, si observamos la
cara de la gente que encontramos por las calles de cualquier ciudad occidental
nos daremos cuenta que esta prosperidad no trae la felicidad automáticamente.
Como Siddhartha, muchos de nosotros descubrimos que una vida dedicada sólo a
satisfacer deseos materiales es vacía y poco satisfactoria.
La renuncia
La insatisfacción que sentía Siddhartha en su vida
de lujo alcanzó un límite. A los veintinueve años decidió dejar su hogar
familiar y su vida de comodidades para convertirse en errante en busca de la
verdad, llevándose consigo únicamente su tazón para mendigar y unos sencillos
hábitos.
El fermento religioso de la India antigua en la Era
Axial
El mundo al que salió Siddhartha era bastante
primitivo, comparado con nuestro mundo actual, sin embargo era mucho más rico,
en un sentido filosófico y espiritual, que el mundo moderno occidental. Las
escrituras budistas tempranas dan la impresión de que había una sociedad con un
profundo interés por las cuestiones fundamentales de la existencia. Había un
gran número de maestros de meditación, abundaban las escuelas de filosofía y
los debates religiosos eran una especie de deporte popular con un muchos
espectadores. Esto no sólo pasaba en India sino en Grecia, China, Persia y en
Medio Oriente. A este fermento tan concentrado de genio humano en el mundo se le
ha llamado la Era Axial. Dentro de esta atmósfera, Siddhartha anduvo errante
seis años, meditando y aprendiendo de los más famosos maestros del norte de la
India, con una admirable determinación por encontrar lo que sentía que le había
faltado en su vida anterior.
Más de la mitad de la población mundial vive en
países que han recibido una gran influencia de las ideas y prácticas budistas.
Sin embargo, desde los tiempos de Buda -quinientos años antes de la aparición
del cristianismo- hasta mitad del siglo XX en Occidente no se sabía casi nada
acerca del Budismo.
El Budismo se extiende a occidente
No obstante, a mediados del siglo XX esta situación
empezó a cambiar, y se dice que hoy en día el budismo es una de las religiones
que con más rapidez se extiende en Occidente.
El Budismo
¿Qué es el Budismo? Normalmente consideramos que la
religión es creer en Dios, o mejor dicho, en creer en cualquiera de sus
manifestaciones divinas; sin embargo, en el Budismo no se habla de Dios
alguno.
De esta forma la cuestión que se
pregunta es si el Budismo se trata de una religión o si se trata sencillamente
de una filosofía -una visión particular del mundo, con pautas de comportamiento
ético-, o si por el otro lado es más bien una especie de psicoterapia, una
manera de comprendernos a nosotros mismos y afrontar los dilemas que la vida
nos plantea. En cierto modo el budismo abarca todo esto y al mismo tiempo
incluye mucho más.
Un sendero de
comprensión directa
El budismo invita a reconsiderar las ideas
preconcebidas sobre la religión. Se ocupa de las verdades que van más allá de
lo puramente racional, revelando una visión trascendental de la realidad que en
su conjunto sobrepasa todas las categorías usuales de pensamiento. El camino
budista es una forma de entrenamiento espiritual que con el tiempo lleva a una
comprensión directa y personal de dicha visión trascendental.
El sendero empieza desde nuestro propio potencial
Todos tenemos la capacidad de ser más despiertos,
más sabios, más felices y más libres de lo que normalmente somos. Tenemos la
capacidad de penetrar directamente en la esencia de la realidad, de llegar a
conocer las cosas tal como son. Las enseñanzas y métodos del Budismo tienen eso
como un objetivo final: posibilitar la comprensión plena de nuestro propio
potencial.
La expansión del
Budismo en el mundo
A lo largo de su larga historia, el Budismo se
extendió a todos los países de Asia. Allí donde aparecía, la interacción entre
la cultura indígena local y las nuevas enseñanzas que provenían del Buda
causaban profundos efectos en las dos. En muchos casos el Budismo dió lugar a
un renacimiento cultural en estas culturas a las que llegaban. En algunas
situaciones, como ocurrió en el Tibet, se convirtió incluso en heraldo de la
cultura. A medida que el Budismo se extendía, experimentaba a su vez cambios y
llegaba a adaptarse a las circunstancias culturales específicas de cada zona,
esto para así poder expresar sus principios directamente. Así, actualmente
distinguimos los budismos de Sri Lanka, Tailandia, Birmania, Vietnam, Camboya,
Laos, Nepal, Tibet, China, Mongolia, Rusia y Japón (incluso algunos
historiadores creen, a partir de recientes hallazgos arqueológicos importantes,
que países de medio oriente tuvieron también en su historia un periodo budista),
y dentro de estos podemos observar una amplia y desconcertante variedad de
tradiciones, escuelas y subescuelas. La pregunta que surge es cuál, de entre
todo este abanico, es el verdadero Budismo y a su vez qué tienen en común todos
estos enfoques diferentes.
Lo que la mayoría de ellas tienen en común es su
origen ancestral. Todas ellas son ramas, hojas y flores que han crecido a
partir del tronco del primer budismo indio. Todas ellas contemplan la figura de
Buda y aceptan y presentan sus enseñanzas originales, aunque a la vez destacan
puntos diferentes.
Para entender los fundamentos del Budismo es
necesario aproximarse a Buda lo más posible. Una forma de hacerlo consiste en
estudiar los primeros textos donde aparecen sus diálogos y ver qué aspectos
resultan todavía relevantes para nuestra vida. Esto no quiere decir, que
tengamos que rechazar interpretaciones de escuelas posteriores, si no de
acercarnos al buda histórico.
Hoy en día los budistas occidentales son herederos
de toda la tradición budista. Pueden admirar, respetar y hacer uso práctico
tanto de los elementos del Budismo Soto Zen japonés como de los del Budismo
Vajrayana tibetano o del Theravada tailandés.
Sin embargo para poder comprender la
tradición en su conjunto hemos de volver siempre a sus raíces, a la experiencia
desde donde surgió todo el budismo.
"Igual que el gran océano tiene un sólo sabor,
el sabor de sal. También mis enseñanzas tiene un sólo sabor, el sabor de la
libertad". Buda.